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La calidad atrapada en una malla de oro. Eso es Brugal Extra Viejo, una de las variedades estrella del ron dominicano. Pero no sólo la dorada malla protege su preciado elixir. Dos agentes más la ayudan en su labor: el fuerte vidrio que compone el recipiente, y las autoridades dominicanas, encargadas de supervisar que la excelencia de la bebida siga presente en cada una de las botellas producidas.

Ocho años son los necesarios para que Brugal Extra Viejo esté apto para su consumo. Ni un año más, ni un año menos. 2.920 días encerrado en barriles de roble estadounidense que lo dotan de ese sabor inconfundible que lleva conquistando a todo el globo desde 1976. Todo comienza con la recolección de la caña de azúcar, que pasa por diferentes procesos como el prensado en el molino para conseguir la melaza, la fermentación con levaduras y la destilación hasta finalmente diluirla en agua osmotizada, momento en el que el producto final está listo para reposar ocho años a la espera de ser consumido.